Imagine….
Imagine una religión sin pecado original, juicio, Dios colérico, dioses múltiples y santos, un infierno eterno, Satán, guerra santas, un sentido de culpa, un culto de personalidad, idolatrando un libro, un sacrificio de sangre a favor de la expiación, un rechazo de la experiencia personal, guerras santas, reglas hipócritas, un modo de pensar fanático y constantemente pidiendole el dinero. Por suerte, una religión sin este equipaje negativo existe realmente y es llamada el budismo Shin.
El budismo Shin es una religión de 750 años y un estilo de vida dedicado a la manifestación del propósito intrínseco de cada ser humano de realizar el despertar. Este es un camino
natural abierto a cada uno; es sobre todo orientado a la gente trabajadora implicada en las responsabilidades diarias y los enredos mundanos. Es llamado un camino natural porque es carente del dogma supersticioso y está basado en la experiencia personal y «la realidad tal y como es». Esto usa todo como un vehículo en el viaje al despertar. Nunca se fuerza en otros y mantiene un comportamiento suave pero persuasivo. Además, Shin no tiene un ojo ciego a lo que debe ser un verdadero ser humano pero esto totalmente acepta la condición humana con todas sus limitaciones y potencialidades.
Siendo un camino natural, es también inclusivo y abrazante porque es como el océano que acepta a cada uno, hasta los incrédulos y escépticos y los más humildes de nuestra sociedad. No importa a quién es usted o lo que ha hecho o que cargas lleva, usted y todos los demás son asegurados para ser transformados a través del poder de la Gran Compasión. Así realizamos nuestro potencial de ser una persona verdadera y despertada. Este es el aseguramiento de Shin.
El Shin no pide a seguidores, pero busca a practicantes dedicados a la compasión, amor y sabiduría; la idea básica es que juntos podemos transformarnos y convertir el mundo en un lugar más feliz. Es decir, como un vehículo sano a la práctica espiritual, no tiene ninguna exigencia para hacerse miembro, pero sólo tener la fe y el compromiso de transmutar las cargas de la vida diaria en la fuente de sabiduría y compasión recibida. Venga y practique con nosotros.
La Vida del Buda Histórico
En el siglo 6 A.E.C. (antes de la época común) en la India norteña (hoy Nepal) nuestro Buda histórico nació en una familia real y fue nombrado el príncipe Sidharta Gautama. En el budismo Shin y en otras tradiciones de Mahayana, lo ven como la encarnación o el Tathagata de Amida, que significa, “el que llegó” de la orilla de la vida y de luz inmensurables.
Creció con energía, abundancia y fama, y cuando tenía veinte y nueve años, él dejó a su vida del privilegio y del lujo para descubrir la libertad espiritual sobre el sufrimiento de la humanidad. Dejando a su esposa y niño, él se afeitó la cabeza y se hizo un ascético por seis años, estudiando debajo de los mejores maestros espirituales de su época. Finalmente, después de tantos años en su búsqueda religiosa, un día, resolvió a lograr la iluminación perfecta debajo del árbol de bodhi, y posteriormente se hizo el Buda, El Despierto. También lo refieren como Shakyamuni, que significa el sabio del clan Shakya, y el Rey de la Verdad (Dharma), y de la Luz del Mundo.
Por los siguientes cuarenta años, él les enseñó las Nobles Cuatro Verdades y más adelante los Seis Perfecciones a todo el mundo sin importar la raza, casta, clase o género, etcra. Él enseñó la cultivación de la mente, de la práctica de la vida ética y de la sabiduría. Él dijo, “considere al prójimo como sí mismo,” y “deje de hacer la maldad, aprenda hacer el bueno y purifique su mente.”
Después de muchos años de enseñar, un día en la montaña Buitre, en Rajagrha, al fin, él les contó a sus discípulos, Ananda y Maitreya, del Cuento Sagrado de Buda Amida. Este acontecimiento y cuento mítico fueron registrados más adelante abajo en el escritura llamada el Gran sutra de la vida inmensurable. Cuando tenía ochenta años, él se falleció al Parinirvana. Sus ultimas palabras eran, “… sean una lámpara a sí mismos, no busquen ningún otro refugio.”
Nuestro Mensaje Principal
El mensaje principal de nuestro Buda se basa en su compasión suprema y su aseguramiento de que todos están dignos para la salvación tal como son. Si somos santos o pecadores, hombres o mujeres, negros o blancos, ignorantes o sabios, ricos o pobres, heterosexuales o homosexuales, creyentes o no creyentes, Amida, la fuerza espiritual invisible que nos cuida, nos rodea y nos penetra, trabaja incesantemente para liberar a todos los seres de la confusión y del sufrimiento. Ésto es la promesa primordial logrado por el universo, simbolizado en el budismo Shin por el Voto Primal, el cual afirma que nadie está dejado detrás para sufrir ciclos perpetuos de nacimientos y muertes, y asimismo que no hay juicio final ni infierno eterno. Al contrario, todos los seres están liberados tal y como son, debido al Voto Primal, el cual es simplemente una metáfora que expresa la Gran Actividad Compasiva del universo.
Nuestra afirmación sobre la compasión y salvación universal no se basa en la esperanza o fe a ciegas, por lo tanto, se funda en el pensamiento deseoso y egocéntrico. Al contrario, nuestra fe brillante, se basa en el shinjin, como una experiencia del despertar, lo cual nos libera de la duda, incertidumbre y ceguera espiritual y nos asegura que aunque en el camino de la vida hay mucho dolor y sufrimiento (dukkha), el cosmos posee una base buena (nirvana) y que nuestra muerte abre solamente una puerta giratoria que lleva a todo los seres a la otra orilla que se llama la Tierra Pura (Nirvana).
Nuestra experiencia religiosa es una iluminación espiritual que nos transforma y que no es ciega, temerosa, ni crítica porque nuestro Buda viviente no juzga, ni condena, ni es colérico sino ama y libera activamente a todos los seres sin excepción. Lea el resto de este sitio de web para una clarificación.